PARAISO

¡Cuéntame una historia antes de morir! - te dije- esa fría noche de otoño, esa
noche que el viento soplaba tan fuerte que los árboles se meneaban como
danzando.

¿recuerdas lo que me contaste?...

Me dijiste con dulces palabras que has soñado con mundo alternos, con mundos
donde el odio no fluye por los corazones de los hombres que habitan allí. Te dije
que eso era imposible en esta realidad que el dinero, el poder y la arrogancia
ciegan a las personas dividiéndonos en razas, clases y género.

Sonreíste burlonamente, pero afirmando lo que yo acababa de decir; volviste a
decirme que en tus sueños el mundo era distinto, tanto, que parecía el paraíso que
nadie ha visto y nadie ha escuchado, que las manos de los hombres ya no matan,
ya no se cruzan para rezar, ya no encadenan; sus bocas ya no gritan misericordia
a quienes los gobiernan, ya no hablan de culpa, ya nadie se rinde, ya nadie
controla. Te note exacerbado e impotente y una lagrima toco mi mejilla.

Te interrumpí con voz suplicante y con ojos lagrimosos que me llevaras a ese
mundo, que deseaba probar la libertad de ser uno con la naturaleza y el universo.
Pero no hiciste más que mirarme tan profundamente que vi mi propia alma antes
de morir. Y ahora… desde el paraíso que tu inventaste para mí, te doy las gracias
por no abandonarme, por hacer la muerte más hermosa, por tomar mi mano
cuando ni siquiera sabias mi nombre.

----MINIWA---



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